Salimos del colegio sobre las 08:45 en dirección al municipio de Gáldar, en una visita conjunta que realizábamos con los compañeros del grupo 4º A. Llegados a las cercanías de los lugares que ibamos a visitar, acordamos que nuestro curso visitara primero la Cueva Pintada para posteriormente ir al Museo de Antonio Padrón (el grupo de 4º A lo haría a la inversa que nosotros). Durante el trayecto a la Cueva Pintada pudimos observar lo que es una mañana de mercadillo en las principales calles de la ciudad de Gáldar, con su trajín de compradores, curiosos y vendedores que iban colocando sus mercancías. Ya en el recinto de la Cueva Pintada fuimos recibidos por nuestros guías, Saulo y Nélida, que nos dividieron en dos grupos para realizar la visita a las instalaciones. Alrededor de una hora duró el interesante recorrido acompañado por las expliaciones de nuestros guías, cuyo momento culminante era la entrada a la misteriosa Cueva Pintada con sus dibujos de formas geométricas y desconocido significado . Finalizada la visita algunos acabaron con las caras pintadas, cual auténticos aborígenes.
De camino al Museo de Antonio Padrón hicimos la obligada parada para almorzar en un parque infantil que mediaba entre las instalaciones de la Cueva Pintada y el Museo del pintor galdense.
Tiempo para reponer energías y gastarlas, dado que algunos aprovecharon para columpiarse, saltar, lanzarse por toboganes e incluso jugar a los piratas.
Después del merecido recreo, continuamos hacia el Museo de Antonio Padrón. Fue esta una visita un poco desafortunada, pues coincidió que la guía que nos debía acompañar se había puesto enferma por lo que los profesores acompañantes tuvieron que hacer de improvisados guías. Nuevamente, divididos en dos grupos, visitamos el Museo y apreciamos la cantidad y calidad de las pinturas del artísta. Concluido el tiempo de la visita regresamos a la guagua, acompañados por una fina lluvia, para emprender el regreso a nuestro centro.
